Notemos cómo la gran comisión consiste en ir y hacer discípulos a todas las naciones. Es claro que muchos que se dicen pastores se han olvidado de ello. ¿Por qué lo digo? Porque, por sus hechos, parece que muchos han escuchado una orden diferente, como si se les hubiera encomendado: ‘vayan y enséñenles a ser grandes empresarios, vayan y enséñenles a ser hombres exitosos, vayan y ofrézcanles milagros, vayan y obtengan de ellos todo el dinero que puedan ofreciéndoles que pacten con su ministerio, vayan y ofrézcanles todo tipo de productos de apariencia espiritual para que obtengan ustedes jugosas ganancias’.¡No! Entendámoslo: Jesús no nos mandó a hacer ninguna de esas cosas. Tales acciones son propias de hombres vanagloriosos que se predican a sí mismos en lugar de presentar a Jesucristo, de hombres y mujeres que viven hablando de su propio currículum y de sus experiencias en el ambiente cristiano, de gente que se hace pasar como ungida de Dios. Los tales alimentan así su propia carne y, no es de extrañarse, alimentan también a los carnales, ávidos éstos de encumbrar ídolos. Si Jesús nos dejó la gran comisión de hacer discípulos, ¿porque la iglesia no esta dedicada a ello? ¿Por qué no estamos haciendo nuestra tarea de enseñar la Palabra? ¿Por qué no estamos formando discípulos? Tenemos que comenzar por ser autocríticos y analizar sinceramente si estamos en la fe, si estamos en la sana doctrina o si necesitamos enderezar nuestros caminos. Y aún muchos le concederán a tal o cual ministerio que enseña falsedades una cierta autoridad espiritual porque sus mega iglesias están repletas cada fin de semana. Seamos claros: congregar a muchas personas no significa que necesariamente se están formando discípulos. En muchos casos, hay que decirlo, ciertamente forman discípulos… pero del apóstol "Armando Negocios de la Cruz".Es lamentable observar cómo muchos abren su boca para proferir verdaderas afrentas contra Jesús sin que nadie diga nada en contra de ellos. ¡Pero cuidado con que alguien diga alguna cosa sobre esos maestros, porque saldrán muchos a defender a sus ídolos con un celo inconmensurable! Durante estos últimos meses el Señor nos ha guiado a denunciar a los apóstatas; tristemente, muchos creyentes engañados salen fieramente en su defensa, airados porque hemos tocado a sus becerros de oro, a los que idolatran. Hemos denunciado aquí a apóstoles, a a falsos maestros, y vemos con tristeza cómo sus seguidores se nos echan encima como leonas despojadas de sus cachorros. ¡No entienden que nuestra denuncia tiene como objetivo ponerles a salvo de semejante peligro! Por el contrario, demuestran que están más dispuestos a protestar cuando se toca a sus ídolos que cuando se afrenta a Cristo y a su Evangelio, lo que deja claro que no se trata de verdaderos discípulos de Jesús. Juan 17:14
Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.Si Cristo viniera ahora mismo y nos llamara a rendirle cuentas… ¿cuántos podríamos decirle ‘yo les he dado Tu Palabra’? Esto es para pensarse seriamente y aún para tener temor. Imagínese que Dios le llame por su nombre y entable con usted este diálogo:
Jesús: “Fulano de tal, qué hiciste con mi palabra”
.Discípulo: Bueno Señor, yo traía gente en colectivos y a traves de otros medios use la tecnologia como ayuda,etc.
Jesús: “Ahh, ¿Y qué le enseñaste a la gente?”
Discípulo: Pues les enseñe cómo ser exitosos en la vida para que tuvieran grandes empresas. ¿No viste el gran templo que te construí?
Jesús: “¿Y mi Palabra? ¿Qué hiciste con mi Palabra?”
Discípulo: Señor, tu Palabra no les gustaba, decían que eso de la cruz no era para ellos y que todo se resume en que tú eres amor. Y pues yo les hable del amor. Les dije que todo lo que ellos hicieran estaba bien porque tú nos amas inmensamente y… pues de todas formas todos íbamos todos rumbo al cielo.
¿Se imaginan ustedes este diálogo con Jesús?Evidentemente muchos han aprendido equivocadamente. Muchos cristianos en las iglesias de hoy insisten en que la predicación del Evangelio sólo debe mostrar el amor de Dios, el cual es real ciertamente, pero olvidan que el mismo amor de Dios es el que nos hace ver nuestra propia condición y que aún su paciencia debe conducirnos al arrepentimiento.
Hablemos su Palabra, sirvamos a Jesús, no temamos ofender con ello a la gente, prediquemos la salvación ligada, como corresponde, al arrepentimiento, presentemos el Evangelio, no importa que las personas se ofendan con ello, pues ciertamente este mensaje es locura para los que se pierden, pero cuánto bien hace cuando trae a muchos de la muerte eterna a la vida eterna.
Mientras vuelves por tu iglesia, estamos en este mundo como luz y como sal de esta tierra. Te rogamos que envíes obreros a la mies, obreros verdaderos Señor, y no mercaderes. Para que tu Nombre sea levantado, para que seas glorificado. En el nombre de Jesús. Amen.
Comentarios
Publicar un comentario