Porque sabéis esto, que ningún fornicario, o inmundo, o avaro que es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios. Nadie os engañe con palabras vanas, porque por estas cosas viene la ira de Dios sobre los hijos de desobediencia. No seáis, pues, partícipes con ellos.(Efesios 5:5-7)
... y avaricia que es idolatría.(Colosenses 3:5)ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios.Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados
Diccionario Lengua Española
Avaro -ra: adj. y n. Se dice de la persona ansiosa de adquirir y atesorar riquezas. (Del lat. avārus, de avēre, desear con ansia).Avaricia: Deseo y afán de obtener riquezas
El evangelio de la avaricia (que es idolatría)
El Falso Evangelio de la Prosperidad esparce con mucho éxito la falsa creencia de que la iglesia esta mandada a ser rica y poderosa para dar testimonio a las naciones. Alegan que los hijos de Dios deben vestir las mejores ropas, que deben conducir los mejores autos y vivir en las mejores casas.
Dentro de sus cultos predomina el lenguaje empresarial y la motivación. Palabras como “éxito”, “finanzas”, “economía”, “superación personal” deberán estar siempre presentes en el vocablo de cualquier líder que se respete. Sus modernos profetas son auténticos motivadores que alientan a sus audiencias a traspasar las barreras mentales a fin de escalar en la clase social y económica. Su premisa es: “una iglesia rica diezma más”.
Sin ningún reparo ellos extraen de la Palabra de Dios los pasajes que les son útiles para sus propósitos: todos aquellos que parezcan promesas de prosperidad terrenal. Y no dudan en sacar de contexto o torcer a su conveniencia cuanto fragmento de texto les viene a la mano. Todo se vale con tal de persuadir exitosamente a sus oyentes que embelesados atesoran sus “poderosas” enseñanzas.
Pero, ¿es esta verdaderamente la actitud que El Señor Jesucristo desea ver en su iglesia? ¿Es ese un comportamiento espiritual, o más bien mundano?
Cualquier diccionario define la avaricia como deseo y afán de obtener riquezas, y al avaro como persona ansiosa y con un deseo descontrolado de adquirir y atesorar las mismas. Y es justamente lo que, entre otras cosas, ese falso evangelio promueve: la avaricia, que es idolatría.
La Palabra de Dios nos advierte que la avaricia es idolatría (Mateo 6:24 / Efesios 5:5 / Colosenses 3:5 / 1 Timoteo 6:10). Y aún nos amonesta fervorosamente para que nadie nos engañe precisamente con esa palabras vanas que los falsos apóstoles usan (Efesios 5:6) tratando de persuadirnos a practicar la avaricia disfrazada de cristianismo. Pero aún va más allá, nos manda apartarnos de todos los que practiquen esta desordenada forma de practicar la fe:
No seáis partícipes con ellos.
Efesios 5:7
El falso evangelio ya estaba profetizado
Aquí ponemos solo unos cuantos ejemplos de que el Falso Evangelio de la Prosperidad ya estaba en la mente de Satanás desde el nacimiento mismo de la iglesia cristiana:
...Y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas...(2 Pedro 2:3)
Y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras de sí a los discípulos.(Hechos 20:30)
Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios (1 Timoteo 4:1)
Es sorprendente cómo a pesar de que la Palabra desde hace dos mil años advierte puntualmente sobre las herejías del Falso Evangelio de la Prosperidad, los que se digan creyentes no pongan atención a la profecía.
¿Cómo es que esta herejía de la Nueva Era ha ido reemplazando al cristianismo genuino? Ha sido muy lenta y sistemáticamente y de generación a generación. A lo largo de este estudio trataremos de explicar la estrategia que Satanás ha venido usando a través de los años para corromper a la iglesia de Jesucristo. Pero quizá la pregunta más apremiante sería ¿Porqué El Padre Celestial permite que Satanás expanda por el mundo este falso evangelio? La respuesta, como siempre, está en la Palabra:
Un poder engañoso
El Falso Evangelio de la Prosperidad es permitido por el Padre Celestial como un castigo a aquellos que no permanecen en la Palabra, como lo dice Pablo:
Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira.(2 Tesalonicenses 2:11)
No que Dios mismo lo mande, pues el mal no cabe en Él (Santiago 1:13), sino que parte de su plan redentor es permitir que Satanás disemine estos falsos evangelios como una prueba para todos los creyentes, quienes deberán permanecer en la Palabra para no caer engañados.
Estos son los que fueron sembrados entre espinos: los que oyen la palabra, pero los afanes de este siglo, y el engaño de las riquezas, y las codicias de otras cosas, entran y ahogan la palabra y se hace infructuosa.
(Marcos 4:18-19)
La verdadera iglesia cristiana no tiene porqué ser rica y poderosa
Es falso que la iglesia deba ser rica y próspera en bienes materiales como testimonio al mundo. Nuestro Señor Jesucristo, quien es el dueño de la iglesia, estableció justo lo contrario:
No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.(Mateo 6:16)
El mandato de nuestro Señor para su iglesia es claro: no debemos poner nuestro afán en acumular bienes terrenales y menos andar diciendo que lo hacemos porque es la voluntad de nuestro Padre Celestial.
Si algo está claro en la Palabra, es la advertencia de que esforzarse por las riquezas terrenales no vale la pena. Existe otra vida después de esta y es para aquella que debemos trabajar. El dinero y todos los bienes materiales que acumulemos en esta vida de nada nos van a servir allá.
En no pocas ocasiones nuestro Señor Jesucristo insiste en lo absurdo de afanarse por las riquezas de este mundo (Mateo 6:24 / 13:22; Marcos 10:23; Lucas 6:24 / 12:21 / 16:9 / 18:22; 1 Timoteo 6:6-8; Apocalipsis 3:17, etc.).
Ser pobre no es pecado
Quizá la mentira más vil que pregonan los falsos ministros, es la insistencia en que “Dios no quiere que seas pobre…ser pobre es un pecado…”. Pero la Palabra enseña otra cosa totalmente diferente:
Bienaventurados vosotros los pobres, porque vuestro es el reino de Dios.(Lucas 6:20)
¿no ha escogido Dios a los pobres de este mundo?(Santiago 2:5)
Yo conozco tus obras, y tu tribulación y tu pobreza, pero tú eres rico.(Apocalipsis 2:9)
Es cierto la Palabra de Dios habla de riquezas, sin embargo a menudo, cuando el hombre oye hablar de riquezas, inmediatamente piensa en bienes mundanos, pero las riquezas de las que habla la Palabra no son terrenales y pasajeras, sino de otra índole.
Vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo...(Lucas 18:22)
Lejos del mal proceder de los modernos pregoneros de la prosperidad terrenal, quienes hablan despectivamente de los pobres, afirmando que lo son porque Dios los desprecia (y por supuesto, ellos también), Pablo al referirse a las iglesias pobres, jamás lo hizo con reproche alguno. Nunca dejó entrever que las iglesias fueran pobres por no diezmar, ofrendar o efectuar tal o cual rito de prosperidad; ni mucho menos que había qué “abandonarlas a su trato don Dios”, como aducen los engañadores de la prosperidad:
Asimismo, hermanos, os hacemos saber la gracia de Dios que se ha dado a las iglesias de Macedonia; que en grande prueba de tribulación, la abundancia de su gozo y su profunda pobreza abundaron en riquezas de su generosidad.(2 Corintios 8:1-2)(Luc 16:22-25) Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado.
Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno.
Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta llama.
Pero Abraham le dijo: Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro también males; pero ahora éste es consolado aquí, y tú atormentado.
Palabras melosas
Por favor, note usted el contraste entre el discurso de los falsos profetas de la prosperidad y la sana enseñanza de la Palabra:
...confirmando los ánimos de los discípulos, exhortándoles a que permaneciesen en la fe, y diciéndoles: Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios.(Hechos 14:22)
Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución.
(2 Timoteo 3:12)
Porque a vosotros os es concedido a causa de Cristo, no solo que creáis en Él, sino también que padezcáis por Él.(Filipenses 1:29)
¡Qué diferente es el verdadero evangelio! Mientras que el apóstol Pablo advierte honesta y santamente que vendrán tribulaciones a la vida de los creyentes, los pregoneros del falso evangelio, cual si fuera competencia de ver quién atrae más moscas, llenan de palabras empalagosas y huecas sus enseñanzas.Hasta el propio Señor no nos engaño y nos advirtio :
(Jua 16:33) …En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.
PERO HOY NOS PROMETEN PARAR DE SUFRIR
¿Cuántos de los numerosos participantes de la secta del Evangelio de la Prosperidad soportarían que se les dijese que, lejos de lo que sus falsos maestros les han enseñado, en realidad para entrar al reino de Dios es necesario padecer tribulación?Ya desde el Antiguo Testamento, Israel sucumbió a los falsos profetas que solo profetizaban las mentiras que el pueblo quería oír, cerrando los oídos a los profetas que Dios les enviaba. Y el fin de ambos, falsos profetas y pueblo, fue la destrucción.
...los profetas profetizaron mentira, y los sacerdotes dirigían por manos de ellos; y mi pueblo así lo quiso. ¿Qué pues, haréis cuando llegue el fin? (Jeremías 5:31)
...que dicen a los videntes: No veáis; y a los profetas: No nos profetices lo recto, decidnos cosas halagüeñas, profetizad mentiras;(Isaías 30:10)
El efecto de las riquezas en el ser humano
No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre sino del mundo.(1 Juan 2:15-16) PERO ELLOS ENSEÑAN QUE DIOS NOS QUIERE TODOS NUESTROS DESEOS,Y LA VANAGLORIA DE LA VIDA
¿Qué sucede en el corazón del hombre cuando de pronto, por tan solo dar un ejemplo, éste obtiene el premio mayor de lotería?
Sin duda que en su interior sucede un cambio inmediato. Lo primero que viene al corazón es la euforia seguida por la alegría; y si había deudas que oprimían y atribulaban su alma, ahora habrá tranquilidad y paz; de pronto el hombre ya no es el mismo, ahora se le ve de otro humor, ve la vida más positivamente, ya no se queja, da consejos, ayuda a sus semejantes...
Ese es precisamente el efecto que causan las riquezas terrenales en el corazón del hombre y es por eso que el hombre las busca con tanto afán. Sin embargo nuestro Señor Jesucristo, al decirnos que las riquezas son corrompidas por el orín, y hurtadas por el ladrón, nos enseña que los bienes materiales, y el efecto que nos causan en el corazón, son perecederos, esto es, no duran para siempre.
Por eso las riquezas que La Palabra promete son todas ellas espirituales, que causan el mismo efecto que las terrenales, pero que a diferencia de estas, su duración es eterna.
Así es que el testimonio de la iglesia cristiana al mundo no es de riqueza mundana, sino todo lo contrario, es de riqueza espiritual.
Nuestro testimonio al mundo es la Paz que solo Él nos da y que sobrepasa todo entendimiento (Filipenses 4:7) aun en las situaciones más terribles que un ser humano pueda atravesar (Hechos 16:25).
Que no le quepa duda al lector, que una iglesia que busca abundar en bienes terrenales es una iglesia mundana, que para nada le sirve al Señor; y no es otra cosa sino el terrible cumplimiento de la iglesia en Laodicea.
NUESTRA MOTIVACION NO SON LAS COSAS QUE DIOS NOS PUEDE DAR,SINO LO QUE EL YA HIZO EN LA CRUZ POR NOSOTROS
(Hab 3:17-18)
Aunque la higuera no florezca,
Ni en las vides haya frutos,
Aunque falte el producto del olivo,
Y los labrados
no den mantenimiento,
Y las ovejas sean quitadas de la majada,
Y no haya vacas en los corrales;
Con todo, yo me alegraré en el Señor
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