La ley del Antiguo Testamento fue dada por Dios a la nación de Israel. Cuando Moisés dio los Diez Mandamientos, dijo: "el Señor nuestro Dios hizo pacto con nosotros en Horeb. No con nuestros padres hizo Jehová este pacto, sino con nosotros todos los que estamos aquí hoy vivos" (Deuteronomio 5:2-3). Aquellos que conocen la historia Bíblica de ellos recordarán que Dios dio Su ley a ellos en el Monte Sinaí después de su liberación de la esclavitud Egipcia. La revelación divina fue un tesoro único para Israel (Romanos 9:4; 3:2).
El pacto con Israel fue dado por un período definido — hasta que la promesa del Mesías viniera a la tierra (Gálatas 3:19). Cuando Jesús vino, dio un nuevo pacto al mundo (compare. Jeremías 31:31-34; Hebreos 8:8-13). Cuando este nuevo pacto fue dado, Israel no fue obligada por más tiempo a obedecer las ordenanzas Mosaicas (Efesios 2:14-15; Colosenses 2:14-17). Tanto los Israelitas como los Gentiles estaban sujetos a Cristo y a Su ley (Marcos 16:15-16; Mateo 28:18-20). La persona Judía no tenía una posición privilegiada con Dios; si él había de ser salvo, debía obedecer el mismo evangelio como el Gentil.
El Uso del Antiguo Testamento
1. El Antiguo Testamento revela el pecado y la actitud de Dios hacia este. Pablo dijo: "¿La ley es pecado? En ninguna manera. Pero yo no conocí el pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera: No Codiciarás" (Romanos 7:7). Pablo reprendió que la codicia era pecaminosa porque Dios reveló Su voluntad en el Antiguo Testamento. A través de la ley es "el conocimiento del pecado" (Romanos 3:20).
No únicamente la Biblia revela lo que era pecado y no lo era, también declara la actitud de Dios hacia el pecado. La indignación de Dios hacia el pecado fue manifestada en Génesis 3. Otros registros del Antiguo Testamento documentan Su buena voluntad para castigar el pecado, incluyendo tales cosas como el diluvio (Génesis 6-8), la destrucción de Sodoma y Gomorra (Génesis 19), la muerte de Nadab y Abiú (Levítico 10:1-2), etc. Del registro del Antiguo Testamento, podemos aprender que el pecado es la transgresión de la ley de Dios (1 Juan 3:4) y que el pecado será castigado por Dios (Romanos 6:23).
2. El Antiguo Testamento revela la obra de Dios para traer al Mesías para redimir al hombre del pecado. El Antiguo Testamento predijo la venida del Mesías, del Señor. La selección de Abraham y de Israel fue una parte de la obra de Dios para traer el Mesías al mundo. Los profetas profetizaron que el Mesías sería un descendiente de Abraham (Génesis 12:3) y (David (2 Samuel 23:17), nacería de una virgen (Isaías 7:14), ejecutaría milagros (Isaías 35), sufriría por los pecados del hombre (Isaías 53), establecería Su reino (Daniel 2:44), etc. A medida que leamos el Antiguo Testamento, podremos ver la obra de Dios en traer esta promesa a su cumplimiento.(Jua5:39 )Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí;
3. El Antiguo Testamento es un ejemplo para nosotros. Escribiendo con respecto a los ejemplos de apostasía del Antiguo Testamento, Pablo dijo: "Mas estas cosas sucedieron como ejemplos para nosotros, para que no codiciemos cosas malas, como ellos codiciaron...Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos" (1 Corintios 10:6,11). La historia de Israel en el desierto registra muchos pecados que Israel cometió y del castigo de Dios por estos pecados. Estas apostasías de Israel nos advierten: "Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga" (1 Corintios 10:12).
4. El Antiguo Testamento nos anima. Pablo también escribió: "Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza" (Romanos 15:4). Las Escrituras del Antiguo Testamento fueron escritas para nuestro beneficio hoy día; necesitamos estudiar y aprender sus grandes mensajes. A través de la lectura de ellos, aprendemos a perseverar a través de las pruebas como lo hizo Job, para tener el coraje de Daniel, la confianza en la providencia de Dios como Ester, para andar con Dios como Enoc, y para ser un hombre conforme a su propio corazón como David. Aprendiendo acerca del carácter y la naturaleza de Dios, nos da apoyo y esperanza.
Hay otros usos del Antiguo Testamento que no hemos mencionado. Los hombres se equivocan cuando descuidan el estudio del Antiguo Testamento.
El Uso Incorrecto del Antiguo Testamento
Aunque hay muchos buenos usos del Antiguo Testamento, hay también algunos usos incorrectos de él. Necesitamos ser exactamente tan sabedores de ellos como de los buenos usos de él.
1. El Antiguo Testamento no es un pacto por el cual vivimos. Hay muchas cosas enseñadas y aceptadas en el Antiguo Testamento las cuales no debe ser toleradas bajo la ley de Cristo. La ley espiritual de Israel enseñó y mandó el sacrificio de animales; la ley moral de Israel toleró la poligamia; la ley civil de Israel tenía muchas ordenanzas que no son seguidas por cualquier gobierno civil hoy día. La Ley de Moisés fue dada a la nación de Israel por un período de tiempo limitado.
2. El Antiguo Testamento no es un medio de salvación hoy día. El Antiguo Testamento reveló la gracia de Dios a aquellos bajo la ley de Moisés. Aquellos hombres fueron salvos por la fe, no por un sistema de obediencia perfecta (Romanos 4:6-8). David, por ejemplo, no pudo ser justificado por un sistema de obediencia perfecta, sino que, recibió el perdón de Dios, la gracia divina, cuando cumplió con las condiciones del Antiguo Testamento para recibir la gracia.
Los Judíos del primer siglo, rechazaron al Mesías - el sacrificio ungido del Señor por el pecado. Habiendo rechazado la sangre de Cristo como la base para el perdón, fueron dejados con nada sino con la ley del Antiguo Testamento - una ley con la gracia divinamente revelada quitada de ella. Su único medio de justificación, por tanto, era cumplir perfectamente con el modelo de esa ley. Además, con el cambio de la ley, las condiciones para recibir la gracia de Dios, también fueron cambiadas. Aquel que no cumpla con las condiciones no recibirá la gracia de Dios. Pablo le aseguró a los Judíos que habían rechazado a Cristo como el sacrificio todo-suficiente por el pecado, que no podrían ser justificados por la ley (eso es, guardando perfectamente la ley). Pablo escribió: "Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley" (Romanos 3:28). "Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas" (Gálatas 3:10).
En vista de que el Cristo ha venido, los hombres no pueden ser salvos por medio de obedecer a la ley de Moisés. El Señor ha reemplazado el pacto del Antiguo Testamento de la gracia el cual fue dado a Israel con un pacto superior de gracia el cual es dado a todo hombre - el evangelio de Jesucristo. Aquellos que traten de ser justificados por la ley de Moisés rechazan la gracia que es en Cristo Jesús y no pueden ser salvos (Gálatas 5:4).
3. El Antiguo Testamento no provee autoridad para las prácticas religiosas de hoy día. El Antiguo Testamento proveyó autoridad para la adoración del pueblo de Israel durante el período en que este fue obligatorio. Aquellos que introdujeron cosas en la adoración de Israel durante ese período sin la autorización divina como se reveló en el Antiguo Testamento fueron culpables de pecado delante de Dios (comp. 1 Reyes 12:25-33).
Ahora los hombres están viviendo bajo la ley de Cristo. Lo que está revelado en la ley de Cristo es lo que los hombres están obligados a obedecer. Introducir en la adoración, obra o misión de la iglesia cualquier cosa no autorizada por la ley de Cristo, es una transgresión de la voluntad de Jesús (Colosenses 2:21-22; Mateo 15:8-9; Apoc. 22:18-19).
Muchas cosas han sido introducidas en la iglesia porque la autoridad del Antiguo Testamento es citada. Algunas iglesias tienen un sacerdocio separado, citando la autoridad del Antiguo Testamento para la práctica, aunque sus sacerdotes no son descendientes Levíticos; otros usan el Antiguo Testamento para autorizar el quemar incienso; otros usan el Antiguo Testamento para enseñar que los Cristianos deben guardar el Sábado, aunque las regulaciones del Antiguo Testamento sobre cómo el día de reposo debe ser guardado son ignoradas; otros autorizan el uso de instrumentos mecánicos de música y sus coros por medio del Antiguo Testamento. Este es un mal uso del Antiguo Testamento. El Antiguo Testamento no es una de esas cafeterías modernas donde uno entra y escoge lo que le es agradable a su propio paladar,como es la implementacion del cobro de diezmos.
Conclusión
La iglesia de Jesucristo debe estar sujeta a sí misma a la voluntad de Cristo, la cual está revelada en el evangelio. Deberíamos regocijarnos de que tengamos la gracia y adoración superior en el Nuevo Testamento, antes que mirar atrás al Antiguo Testamento con grandes ojos por tales cosas como un sacerdocio aparte, la quema de incienso, la guarda del día de reposo,ofrecer sacrificios,diezmar y otras cosas que fueron una parte del sistema de adoración que el Señor decidió abolir.
El pacto con Israel fue dado por un período definido — hasta que la promesa del Mesías viniera a la tierra (Gálatas 3:19). Cuando Jesús vino, dio un nuevo pacto al mundo (compare. Jeremías 31:31-34; Hebreos 8:8-13). Cuando este nuevo pacto fue dado, Israel no fue obligada por más tiempo a obedecer las ordenanzas Mosaicas (Efesios 2:14-15; Colosenses 2:14-17). Tanto los Israelitas como los Gentiles estaban sujetos a Cristo y a Su ley (Marcos 16:15-16; Mateo 28:18-20). La persona Judía no tenía una posición privilegiada con Dios; si él había de ser salvo, debía obedecer el mismo evangelio como el Gentil.
El Uso del Antiguo Testamento
1. El Antiguo Testamento revela el pecado y la actitud de Dios hacia este. Pablo dijo: "¿La ley es pecado? En ninguna manera. Pero yo no conocí el pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera: No Codiciarás" (Romanos 7:7). Pablo reprendió que la codicia era pecaminosa porque Dios reveló Su voluntad en el Antiguo Testamento. A través de la ley es "el conocimiento del pecado" (Romanos 3:20).
No únicamente la Biblia revela lo que era pecado y no lo era, también declara la actitud de Dios hacia el pecado. La indignación de Dios hacia el pecado fue manifestada en Génesis 3. Otros registros del Antiguo Testamento documentan Su buena voluntad para castigar el pecado, incluyendo tales cosas como el diluvio (Génesis 6-8), la destrucción de Sodoma y Gomorra (Génesis 19), la muerte de Nadab y Abiú (Levítico 10:1-2), etc. Del registro del Antiguo Testamento, podemos aprender que el pecado es la transgresión de la ley de Dios (1 Juan 3:4) y que el pecado será castigado por Dios (Romanos 6:23).
2. El Antiguo Testamento revela la obra de Dios para traer al Mesías para redimir al hombre del pecado. El Antiguo Testamento predijo la venida del Mesías, del Señor. La selección de Abraham y de Israel fue una parte de la obra de Dios para traer el Mesías al mundo. Los profetas profetizaron que el Mesías sería un descendiente de Abraham (Génesis 12:3) y (David (2 Samuel 23:17), nacería de una virgen (Isaías 7:14), ejecutaría milagros (Isaías 35), sufriría por los pecados del hombre (Isaías 53), establecería Su reino (Daniel 2:44), etc. A medida que leamos el Antiguo Testamento, podremos ver la obra de Dios en traer esta promesa a su cumplimiento.(Jua5:39 )Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí;
3. El Antiguo Testamento es un ejemplo para nosotros. Escribiendo con respecto a los ejemplos de apostasía del Antiguo Testamento, Pablo dijo: "Mas estas cosas sucedieron como ejemplos para nosotros, para que no codiciemos cosas malas, como ellos codiciaron...Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos" (1 Corintios 10:6,11). La historia de Israel en el desierto registra muchos pecados que Israel cometió y del castigo de Dios por estos pecados. Estas apostasías de Israel nos advierten: "Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga" (1 Corintios 10:12).
4. El Antiguo Testamento nos anima. Pablo también escribió: "Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza" (Romanos 15:4). Las Escrituras del Antiguo Testamento fueron escritas para nuestro beneficio hoy día; necesitamos estudiar y aprender sus grandes mensajes. A través de la lectura de ellos, aprendemos a perseverar a través de las pruebas como lo hizo Job, para tener el coraje de Daniel, la confianza en la providencia de Dios como Ester, para andar con Dios como Enoc, y para ser un hombre conforme a su propio corazón como David. Aprendiendo acerca del carácter y la naturaleza de Dios, nos da apoyo y esperanza.
Hay otros usos del Antiguo Testamento que no hemos mencionado. Los hombres se equivocan cuando descuidan el estudio del Antiguo Testamento.
El Uso Incorrecto del Antiguo Testamento
Aunque hay muchos buenos usos del Antiguo Testamento, hay también algunos usos incorrectos de él. Necesitamos ser exactamente tan sabedores de ellos como de los buenos usos de él.
1. El Antiguo Testamento no es un pacto por el cual vivimos. Hay muchas cosas enseñadas y aceptadas en el Antiguo Testamento las cuales no debe ser toleradas bajo la ley de Cristo. La ley espiritual de Israel enseñó y mandó el sacrificio de animales; la ley moral de Israel toleró la poligamia; la ley civil de Israel tenía muchas ordenanzas que no son seguidas por cualquier gobierno civil hoy día. La Ley de Moisés fue dada a la nación de Israel por un período de tiempo limitado.
2. El Antiguo Testamento no es un medio de salvación hoy día. El Antiguo Testamento reveló la gracia de Dios a aquellos bajo la ley de Moisés. Aquellos hombres fueron salvos por la fe, no por un sistema de obediencia perfecta (Romanos 4:6-8). David, por ejemplo, no pudo ser justificado por un sistema de obediencia perfecta, sino que, recibió el perdón de Dios, la gracia divina, cuando cumplió con las condiciones del Antiguo Testamento para recibir la gracia.
Los Judíos del primer siglo, rechazaron al Mesías - el sacrificio ungido del Señor por el pecado. Habiendo rechazado la sangre de Cristo como la base para el perdón, fueron dejados con nada sino con la ley del Antiguo Testamento - una ley con la gracia divinamente revelada quitada de ella. Su único medio de justificación, por tanto, era cumplir perfectamente con el modelo de esa ley. Además, con el cambio de la ley, las condiciones para recibir la gracia de Dios, también fueron cambiadas. Aquel que no cumpla con las condiciones no recibirá la gracia de Dios. Pablo le aseguró a los Judíos que habían rechazado a Cristo como el sacrificio todo-suficiente por el pecado, que no podrían ser justificados por la ley (eso es, guardando perfectamente la ley). Pablo escribió: "Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley" (Romanos 3:28). "Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas" (Gálatas 3:10).
En vista de que el Cristo ha venido, los hombres no pueden ser salvos por medio de obedecer a la ley de Moisés. El Señor ha reemplazado el pacto del Antiguo Testamento de la gracia el cual fue dado a Israel con un pacto superior de gracia el cual es dado a todo hombre - el evangelio de Jesucristo. Aquellos que traten de ser justificados por la ley de Moisés rechazan la gracia que es en Cristo Jesús y no pueden ser salvos (Gálatas 5:4).
3. El Antiguo Testamento no provee autoridad para las prácticas religiosas de hoy día. El Antiguo Testamento proveyó autoridad para la adoración del pueblo de Israel durante el período en que este fue obligatorio. Aquellos que introdujeron cosas en la adoración de Israel durante ese período sin la autorización divina como se reveló en el Antiguo Testamento fueron culpables de pecado delante de Dios (comp. 1 Reyes 12:25-33).
Ahora los hombres están viviendo bajo la ley de Cristo. Lo que está revelado en la ley de Cristo es lo que los hombres están obligados a obedecer. Introducir en la adoración, obra o misión de la iglesia cualquier cosa no autorizada por la ley de Cristo, es una transgresión de la voluntad de Jesús (Colosenses 2:21-22; Mateo 15:8-9; Apoc. 22:18-19).
Muchas cosas han sido introducidas en la iglesia porque la autoridad del Antiguo Testamento es citada. Algunas iglesias tienen un sacerdocio separado, citando la autoridad del Antiguo Testamento para la práctica, aunque sus sacerdotes no son descendientes Levíticos; otros usan el Antiguo Testamento para autorizar el quemar incienso; otros usan el Antiguo Testamento para enseñar que los Cristianos deben guardar el Sábado, aunque las regulaciones del Antiguo Testamento sobre cómo el día de reposo debe ser guardado son ignoradas; otros autorizan el uso de instrumentos mecánicos de música y sus coros por medio del Antiguo Testamento. Este es un mal uso del Antiguo Testamento. El Antiguo Testamento no es una de esas cafeterías modernas donde uno entra y escoge lo que le es agradable a su propio paladar,como es la implementacion del cobro de diezmos.
Conclusión
La iglesia de Jesucristo debe estar sujeta a sí misma a la voluntad de Cristo, la cual está revelada en el evangelio. Deberíamos regocijarnos de que tengamos la gracia y adoración superior en el Nuevo Testamento, antes que mirar atrás al Antiguo Testamento con grandes ojos por tales cosas como un sacerdocio aparte, la quema de incienso, la guarda del día de reposo,ofrecer sacrificios,diezmar y otras cosas que fueron una parte del sistema de adoración que el Señor decidió abolir.
Comentarios
Publicar un comentario