Si usted pertenece a Cristo, como el apóstol Pablo usted puede y debe aprender el secreto del contentamiento en la vida. Cuando Pablo escribió “la piedad, en efecto, es un medio de gran ganancia cuando va acompañada de contentamiento” no solamente estaba hablando filosóficamente (1 Tim. 6:6). El había aprendido el secreto del contentamiento en cada circunstancia de la vida (Filipenses 4:11-12). Mientras que el secreto se les escapa a varias personas, no se le tiene que escapar al verdadero creyente. Para aquellos que están dispuestos a aprender, aquí están seis pasos hacia una vida contentada desde la vida y la enseñanza de Pablo.
Primero, aprenda a dar gracias en toda ocasión. Pablo había aprendido a dar gracias en cada circunstancia y el le exhorto a todo creyente que hicieran lo mismo. Dar gracias, en primer lugar es cuestión de obediencia (1 Tesalonicenses 5:18; Efesios 5:18), pero también es característico de un creyente lleno del Espíritu (Efesios 5:18-20).
Segundo, aprenda a descansar en la providencia de Dios. Si en realidad conocemos a Dios, sabemos que esta desarrollando su plan para nosotros para que seamos beneficiados y El sea glorificado (vea Romanos 8:28). No deberíamos de estar sorprendidos o ser ingratos cuando pasemos por pruebas porque sabemos que Dios ve perfectamente el resultado al final (vea 1 Pedro 4:12-13).
Tercero, aprenda a estar satisfecho con poco. Pablo había aprendido a elegir estar satisfecho con poco, y sabía que era importante que otros aprendieran a elegir lo mismo. En 1 Timoteo 6:6 Pablo le exhorto a un joven pastor con estas palabras: “la piedad, en efecto, es un medio de gran ganancia cuando va acompañada de contentamiento. Porque nada hemos traído al mundo, así que nada podemos sacar de él. Y si tenemos qué comer y con qué cubrirnos, con eso estaremos contentos.” Pablo entendió que la codicia y el contentamiento eran mutuamente exclusivos.
Cuarto, aprenda a vivir encima de las circunstancias de la vida. Así es como vivió Pablo. En 2 Corintios 12:9-10 el escribió, “Por tanto, muy gustosamente me gloriaré más bien en mis debilidades, para que el poder de Cristo more en mí. Por eso me complazco en las debilidades, en insultos, en privaciones, en persecuciones y en angustias por amor a Cristo; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.”
Pablo no encontró placer en el dolor mismo, pero en el poder de Cristo que fue manifestado por el en tiempos de debilidad, reproches, persecuciones y angustias. Nosotros también deberíamos de encontrar gusto en el poder de Cristo durante tiempos de angustia.
Quinto, aprenda a depender en el poder y la provisión de Dios. El apóstol Pablo escribió, “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”; y Jesús dijo que nunca nos dejaría ni nos desampararía (Hebreos 13:5). Como Pablo, nosotros también podemos aprender a depender en la promesa de Cristo. Él fielmente infunde a cada creyente con Su propio poder y los sostiene en su tiempo de necesidad hasta que reciban la provisión de Su mano (Efesios 3:16).
Finalmente, comience a estar ocupado con el bienestar de otros. El resumen sobre esto lo hizo Pablo en Filipenses 2:3-4, donde escribió: “Nada hagáis por egoísmo o por vanagloria, sino que con actitud humilde cada uno de vosotros considere al otro como más importante que a sí mismo, no buscando cada uno sus propios intereses, sino más bien los intereses de los demás.”
El hombre egoísta es un hombre descontento. Pero el alma del hombre generoso, el hombre que vive por los intereses y el beneficio de otros, encontrará bendición sobre bendición sobre su vida (vea Proverbios 11:24-25; 19:17; Lucas 6:38; 2 Corintios 9:6).
enseñanza Bíblica de John MacArthur
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