La expresión "desechado entre los hombres" en el Hebreo de Isaías 53:3 es "hadal ishim" y es tan fuerte que literalmente significa que Jesús "cesó de ser humano, un hombre." Ciertamente anunciando sus sufrimientos dijo el mismo Señor Jesús en el libro de los Salmos: "Mas yo soy gusano, y no hombre; oprobio de los hombres, y despreciado del pueblo." (Salmo 22:6)
La palabra Hebrea para "gusano" en la Biblia generalmente es "rimmah", mas en el Salmo 22 es "tolat" que significa "gusano rojo" y su nombre es "coccus ilicis" y puede ser encontrado en Israel y nos muestra grandes verdades de la obra redentora de Cristo. Este gusano es tan rojo carmesí que parece que fue golpeado y esta todo ensangrentado. Esto nos enseña que fueron tan grandes los sufrimientos, torturas y padecimientos que Jesús sufrió que él quedó bañado en su propia sangre carmesí, todo ensangrentado, como el gusano. También la hembra de este gusano a la hora de dar a luz a sus hijos sube a un árbol y allí muere; ella sabe que va a morir, sin embargo, sube al árbol para dar vida a los suyos. El Señor Jesús voluntariamente dio su vida en un madero y voluntariamente subió a un madero para librar a sus hijos de la muerte y darnos vida eterna. Después de que muere el cuerpo de la madre le sirve a las crías de comida. Jesús dice: "El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero. Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él." (Juan 6:54-56) y al cuarto día después de muerto el gusano pierde su color rojo carmesí que lo caracteriza y se vuelve blanco como la nieve y como blanca lana y su cuerpo se vuelve una cera que se convierte en un preservativo. Gracias a Dios por medio de la ofrenda del cuerpo del Señor Jesús somos preservados de la muerte y el cuerpo blanco del gusano como la nieve es porque Jesús purifica y hace blancos nuestros pecados con su sangre: Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana. — Isaías 1:18 También el gusano era usado para sacar el color carmesí para las vestimentas sacerdotales y para el velo del tabernáculo que fue rasgado en dos cuando Cristo murió. Esto nos enseña que con su sacrificio Cristo nos hace sacerdotes, de lo cual dice la Escritura que Jesús "nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre, y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre" (Apocalipsis 1:5-6) y que tenemos "libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne." (Hebreos 10:19-20) Viendo la profunda verdad detrás del gusano rojo que desde las ropas de los sacerdotes en el tabernáculo hasta el velo del templo fueron hechos con el color carmesí que se extrae de este gusano; esto también nos enseña que tenemos en Cristo un santuario no hecho por manos de hombres ni terrenal sino que tenemos un santuario espiritual y celestial, hecho por Dios, del cual somos hechos ministros por medio de Jesucristo. Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios. — Hebreos 9:24 Por lo que somos sacerdotes, por medio de Cristo, de este santuario celestial y no de un santuario terrenal. También el color carmesí que se extrae del gusano para tintar las ropas es porque dice la palabra de Dios que los que han creído en el Señor Jesús "han lavado sus ropas, y las han emblanquecido en la sangre del Cordero." (Apocalipsis 7:14). El gusano también cuando es aplastado tiene un olor grato. La ofrenda encendida de la ley de Moisés (Levíticos 1) en Hebreo se llama "olah" que significa también "levantar" y/o "alzar" y dice la Escritura sobre este sacrificio que es "ofrenda encendida de olor grato para Jehová" (Levíticos 1:9) y Cristo frecuentemente dijo que sería "levantado" en un madero cuando muriese: Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo. Y decía esto dando a entender de qué muerte iba a morir. — Juan 12:32-33 Como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado. — Juan 3:13 Cuando hayáis levantado al Hijo del Hombre, entonces conoceréis que yo soy. — Juan 8:28 Por lo cual dice la Escritura que "Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante." (Efesios 5:2) Ahora podemos ver que cuando el Señor Jesús dijo: "Mas yo soy gusano, y no hombre; oprobio de los hombres, y despreciado del pueblo." (Salmo 22:6) Lo hizo para enseñarnos de una forma muy profunda su salvación; por esto el Señor nos manda a escudriñar las Escrituras porque ellas son las que dan testimonio de él (Juan 5:39). Fue Jesús quien hizo a este gusano rojo y le dio cada atributo para que nosotros pudiésemos entender su obra redentora porque todas las cosas fueron hechas por el Señor Jesús, y sin él nada ha sido hecho (Juan 1:3)
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